Todo final es un comienzo

Todo final es un comienzo. O eso es lo que dicen por ahí.
Supongo que eso deben pensar los agujeros negros cada vez que barren el espacio sin dar mucha opción a seguir con tu vida normal, colgado es ese punto del universo. Te absorbe y ¡pum!
Quiero pensar que eso fue lo que pasó con Eris, por mal final que parezca, me queda el utópico pensamiento de que atravesó ese final y ahora está colocado en un punto infinito de la galaxia. Así tan sólo tengo que orbitar hasta dar con él de nuevo.
Sí, perdí a Eris, ¡mi lugar en el universo! ¿Cómo me las apañé? Fue un accidente, lo juro.
Supongo que fue exceso de confianza, como la mayoría de las cosas que pasan sin querer. Toda una catástrofe.
Creía que entendía el terreno, que las malas hierbas las tenía completamente controladas, las horas de la puesta de sol y los puentes artificiales que me lindaban con el pequeño planeta azul. Replegada en mí misma estaba empezando a disfrutar de las bajas temperaturas y de estar completamente sola, estaba empezando a entender a los humanos, más concretamente a la que me había ayudado a ese auto-repliegue y a conocer mejor mis vértices, mi pequeño habitáculo infranqueable.
Todo iba bien hasta que me dio por echarme una cabezadita cara al sol. Era un día normal, como tantos que llevaba allí encerrada (5 meses desde mi última mudanza). Tenía los ojos cerrados y pensaba en que las cosas allí empezaban a tener sentido, me gustaba el infinito y la sensación de todo él calentando mis poros y dando ese brillo especial a Eris. Los puentes estaban tranquilos, no había más ruido que el del balbuceo leve de mis pensamientos. Ya no escuchaba al pequeño grillo de Plutón, pero sabía que estaba bien, me lo había dicho días antes. Todo era paz, fluidez mental, silencio y asteroides cruzando de un lado para el otro. Sentía que mi misión en Eris estaba empezando a cobrar sentido y de la misma manera, mis átomos volvían muy lentamente al lugar de donde procedían, la cara externa de mí misma, lo visible al ojo humano.
Reconocer que no estás preparada para volver es el primer paso para que en algún momento inicies la vuelta a casa. Y así estaba yo hasta el momento del accidente.
No sé qué pasó, agujero negro, impacto, repliegue...no sé qué fue exactamente lo que ocurrió porque ciertamente, me pilló con los ojos cerrados. Supongo que mientras estaba así, un ínfimo parpadeo incrustó en mis retinas algo que hubiera deseado no tener que ver. La aplastante realidad desdibujó mi planeta, la misión, mi supuesto sentido interestelar y me colocó de bruces ante mi debilidad humana. Sentí un enorme y gigantesto estallido dentro. Los átomos se descomponían en partículas aun más pequeñas (sí, ¡aseguro que los átomos se pueden descomponer!) y el estallido fue tan brutal que me quería escapar por los poros. Recuerdo el caos, la boca seca, la arena caliente bajo mis pies. Fue un visto y no visto. Todo se resquebrajó y quedé en estado de sopor durante aproximadamente una semana. Con el culo al descubierto, todo se fue a pique.
Giré la vista y ya no estaba, todo se había largado, estaba flotando en una gran manta azul marino, todo era inmenso, y Eris ya no estaba.

En un mes he aprendido frases como "Siempre es menos" o cosas como "Por eso cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate". La importancia de cerrar círculos, los peligros de dejarlos en standby esperando a que cierren solos. Eris fue el precio por no hacer las cosas a tiempo.

Escribo un mes después del incidente. Estoy estacionada en Kepler b16, por si no lo sabéis..tiene dos soles capaces de regalarme dos atardeceres en un momento, o dos amaneceres. Su base es tan enorme que me despreocupa quien esté por allí. Tan solo estoy de paso, ¿no?

¿Sabéis que los agujeros negros se forman cuando una estrella muere y se repliega sobre sí misma? Pero si lo que absorben lo mueven de un extremo a otro (¿o se hacen más implacables?), volvemos a la teoría de que todo final es un comienzo. Me muero por descubrir en qué punto se encuentra Eris, y hasta qué parte de la galaxia se desparramaron mis molésculas.

La energía ni se crea ni se destruye, tan solo se transforma.

Comentarios

  1. Aunque a veces haya partes que no entienda, me encantan este tipo de entradas tuyas.

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  2. Yo tampoco te entiendo del todo, pero creo que la ambigüedad forma parte de tu encanto escribiendo. Preciosa entrada ;)

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